La visita turística que no te puedes perder a tan sólo una hora de Oliva Nova
Si hay algo que caracteriza a la Comunidad Valenciana, aparte del clima y la rica gastronomía, es el encanto de los pueblos que la conforman. Pueblos bañados por las aguas del mar Mediterráneo, delimitados por sierras litorales, calas y acantilados que son fruto de la conservación del valor natural del territorio. También pueblos de interior, donde todavía se respiran épocas pasadas con calles empedradas, monumentos y castillos musulmanes y medievales.
Quizás estos últimos sean los grandes olvidados del turismo, pero su belleza e historia consiguen atraer a miles de visitantes que quedan fascinados por sus evocadoras estampas cada año. El Castell de Guadalest es uno de ellos.
Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, el municipio alicantino conquista al turismo de la Costa Blanca porque ha sabido mantener la esencia, pese al paso de los años, de sus casas encajadas en lo alto de las rocas, de sus fortalezas, museos y una historia previa a la época musulmana.
El Castell de Guadalest goza de unas vistas panorámicas a 587 metros de altitud donde se aprecian las sierras Xortà y Serrella al norte y la sierra Aitana al sur. En su interior, destacan los castillos de San José, del siglo XI, el atractivo principal del municipio, y la Alcozaiba, también del siglo XI, la prisión, que se remonta al siglo XII, o el campanario y la iglesia. Además, cuenta con ocho museos que albergan colecciones de lo más curiosas, desde un museo microgigante, otro de saleros y pimenteros, de instrumentos de tortura o de casitas de muñecas. Además, se pue- de visitar el museo municipal Casa Orduña, una colección de microminiaturas, el museo etnológico y de vehículos históricos.
Visitar El Castell de Guadalest está justificado sólo por su increíble escenario, pero va mucho más allá y engloba los cinco sentidos. El municipio goza de una gastronomía local de alto nivel donde el arroz es el ingrediente estrella. En sus diferentes restaurantes podrás saborear tanto platos tradicionales como de vanguardia, donde destacan los pimientos rellenos, el conejo al all i oli, la olleta de blat y los mintxos. Por si fuera poco, durante la última semana de febrero, los restaurantes pertenecientes al Valle de Guadalest participan en la semana gastronómica y preparan un menú exclusivo típico de la zona.
Si nos adentramos en sus tradiciones, los guadalestinos o castelludos, como se conoce a los habitantes de esta localidad, celebran las fiestas de San Gregorio el primer fin de semana de mayo, y las fiestas patronales, en honor a la Virgen de la Asunción, del 14 al 17 de agosto.
Para los amantes del motor, el municipio ofrece durante la última semana de mayo un rally de montaña que culmina en las faldas del castillo.
Disfrutar de un plan alternativo a tan sólo una hora del resort Oliva Nova es muy sencillo, y el Castell de Guadalest es una de las mejores opciones sea cual sea la época del año. Historia, vistas panorámicas increíbles, ocio junto a toda la familia y una exquisita oferta gastronómica que no deja indiferente a nadie.