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Quique Barella

Oliva Nova incorpora al chef Quique Barella como responsable gastronómico con el objetivo de dar un salto de calidad en las variadas propuestas del resort.

Quique Barella (barrio del Grao, València, 1974) no es un desconocido en el ámbito de la alta cocina. Formado en la Escuela de Hostelería de Castellón, sus primeros pasos fueron medidos, con una hoja de servicios en la que se encuentran establecimientos de reconocido prestigio como El Celler de Can Roca o el recordado Ca Sento. Posteriormente, ejerció como jefe de cocina del grupo El Alto de Colón (2003-2006), y en el periodo 2013-2016 inició proyecto propio (acompañado de su pareja, Elsa Fuillerat) en Q de Barella, local ubicado en la ciudad de Valencia. Con el paso de los años, y sin dejar de lado la actividad en los fogones, Barella ha asumido otras facetas lindantes entre el mundo de la gastronomía y el ámbito empresarial. Desde su paso como chef ejecutivo para el grupo El Alto a su trabajo de dirección gastronómica para otros proyectos de restauración como Gastroadictos o Recaba.

Desde el pasado mes de mayo, Quique Barella aporta esta experiencia en Oliva Nova, resort en el que se pueden encontrar hasta quince locales que ofrecen un amplio abanico de propuestas culinarias, y en las que el chef valenciano ha comenzado a intervenir tras aceptar la llamada de la dirección: «La propiedad me transmitió los objetivos del proyecto y me ilusioné de inmediato. Cuando acumulas cierta trayectoria no dejas de ser cocinero, pero añades aspectos complementarios como es el de la gestión, porque, al fin y al cabo, los restaurantes no dejan de ser también empresas».

PERSONALIDAD PROPIA Y DIFERENCIADA

A su llegada a Oliva Nova, Barella ha encontrado un ramillete de establecimientos con una trayectoria consolidada y un equipo ya formado, un aspecto esperado y con el que Barella se encuentra cómodo, como el mismo chef afirma: «He tenido la suerte de encontrarme con profesionales bien formados, con experiencia y que me han ofrecido su respaldo desde el primer momento».
El objetivo en relación con la oferta gastronómica de Oliva Nova no es otro que «dar un salto de calidad en cada punto de venta a través de una personalidad propia y diferenciada», asevera Barella, al tiempo que conseguir «un posicionamiento puntero del resort en el panorama gastronómico de la Comunitat Valenciana».
La intención del nuevo responsable gastronómico es atraer tanto al público de localidades cercanas (Oliva, Gandia, Dénia…) como al de ciudades en un radio desde Alicante a Valencia. «Con los espacios con los que contamos y la propuesta de cocina creo que tenemos calidad de sobra para atraer a esos públicos», comenta, confiado, Barella.
El objetivo último para el chef es tan sencillo como entendible: «Que el cliente, con independencia del local, salga feliz por la puerta y con el deseo de volver a disfrutar de nuestra cocina».

PRIMEROS PASOS

El proyecto desarrollado por Barella ya ha cumplido una primera etapa, en la que ha intervenido en Wine&Tapas, local en el que se han incluido en carta nuevas referencias calientes, así como coctelería.
Aura es el restaurante en el que Barella aspira a incorporar un sello de cocina de autor: «En Aura vamos a integrar paso a paso pinceladas de la nueva propuesta que quiero implementar. No podemos hacer cambios bruscos, necesitamos una transición, ya que hay clientes habituales desde hace años. Analizando la carta, si entendemos que contamos con platos intocables, se mantendrán».
La propuesta de Barella se ancla, en primera instancia, en la confianza en el producto de proximidad. En el caso de la oferta de pescado, el resort trabaja con proveedores de primera calidad de la lonja de Dénia o el pósit de Xàbia. Un producto que para el cocinero es garantía de éxito en todos los paladares. «En Oliva Nova nos visitan comensales nacionales y extranjeros, pero si la propuesta es de calidad, gustará. Al cliente internacional que nos visita puedes hacerle algún guiño, pero espera conocer y disfrutar de nuestra cocina mediterránea».
Por último, Barella reconoce que se encuentra ante un reto importante, dada la trayectoria de Oliva Nova, pero está convencido de afrontarlo con garantías: «Soy consciente del marco en el que trabajo, así que entiendo que la exigencia es máxima. El objetivo en el resort es alcanzar la excelencia, y para ello hay que contar con trabajo, dedicación y un equipo humano a la altura del reto».

«La cazuelita de albóndigas de cerdo ibérico que guisamos en su propio jugo, la acompañas con un cremoso de patata suave. El punto crujiente se lo damos con chips de patata, y le añadimos un velo de panceta adobada para reforzar el sabor del ibérico».

«La tosta de pan de cristal con figatell, berenjena y mostaza antigua, es un guiño al territorio lleno de contrastes: el crujiente del pan de cristal, la suavidad de la berenjena, la potencia del figatell… todo esto se combina en un bocado para disfrutones».

Quique Barella apuesta por las tradiciones gastronómicas más arraigadas y cercanas:
«Las cocas típicas de la Marina, que se preparan al momento: berenjena a la llama con queso de oveja trufado. U otra con un relleno más clásico que nunca falla: sobrasada mallorquina con queso brie y miel para darle ese contraste dulce».

«A nuestra ensaladilla tradicional le hemos añadido un toque de distinción con el pan suflado».

La propuesta gastronómica de Oliva Nova

El resort cuenta en temporada alta con quince puntos de venta, entre los que se encuentran, durante los meses de octubre a abril, cuatro locales relacionados con la actividad hípica.

Entre los establecimientos culinarios destacan los restaurantes El Olivo, situado en el hotel; Don Giacomo, enfocado a la cocina tradicional italiana; Wine&Tapas, con una propuesta gastronómica más desenfadada, o Aura, restaurante que bajo la dirección de Quique Barella aspira a posicionarse como referencia en cocina de autor.

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