Un enamorado de Oliva Nova
Hay un vínculo especial entre Alberto Contador y Oliva Nova. Un nexo bien fraguado. El ciclista español, ya legendario tras su retirada del ciclismo profesional el año pasado, siente una especial debilidad por el resort. Ya hace tiempo, aún en plena actividad como profesional, que lo eligió como sede para sus exigentes entrenamientos. El clima y la orografía, con llanos y montaña, le permitía devorar kilómetros por la zona. El campeón español organiza, por segundo año, la Marcha Alberto Contador en Oliva Nova. La próxima será el 29 de septiembre, con la presencia asegurada de más de 2.000 participantes. Oliva es tierra de ciclismo. Los ciclistas afrontarán 167 kilómetros con el tráfico totalmente cerrado durante el recorrido.
De la quinta de 1982, el año que España acogió el Mundial de Fútbol, Alberto Contador nació en Madrid y se crió en Pinto, un pueblo cercano a la capital. Fue su hermano mayor el que le contagió la afición por las dos ruedas. Otro hermano, Raúl, le ha enseñado a ser fuerte ante las adversidades. Tiene parálisis cerebral.
Con 15 años, Contador ya destacaba sobre la bicicleta en categoría juvenil. En 2002 ganó la Campeonato de Es paña contrarreloj sub-23 y, un año después, ya corría como profesional con el equipo ONCE-Eroski. Comenzaba a fraguarse un ciclista versátil, que subía los puertos con la facilidad de Perico Delgado y se defendía en las contrarrelojes. En 2004 afrontó una carrera inesperada: tras una caída en la Vuelta a Asturias, se le diagnosticó un cavernoma, una hemorragia cerebral con riesgo para su vida. La operación fue un éxito. Una cicatriz, de lado a lado del perímetro de la cabeza, y dos placas de titanio le acompañan desde entonces.
“Querer es poder”, fueron las primeras palabras del ciclista de Pinto nada más despertar de la anestesia. Un año después, Contador ganaba la etapa reina del Tour Down Under, en Australia. Despegó como un cohete en propulsión. En 2007 conquistó su primer Tour de Francia. Al siguiente, hizo doblete con un Giro y una Vuelta a España. Con 25 años, era el quinto en ganar las tres grandes vueltas. Y en 2009, su titánico duelo con Lance Armstrong en la ronda francesa, del que salió ganador el español, que sumaría su segundo Tour. De repente, otro revés: un positivo por clembuterol, argumentado por el ciclista en el consumo de carne contaminada. Tras suspensiones y apelaciones, en 2011 conquistó su segundo Giro. Otra vez el Alberto Contador que se sobreponía a todas las adversidades.
En 2012 y 2014 repitió corona en la Vuelta a España. En la primera, su esfuerzo fue sobrehumano. Ganó la Vuelta tras aquel antológico ataque de Fuente Dé cuando ya nadie apostaba por él. Con Contador en el pelotón, nadie respiraba tranquilo. Todos sabían que, en cualquier momento, podía atacar. Resultaba admirable saber que iba a reventar cualquier etapa. Repitió triunfo en la Vuelta a España en 2014 y, en los últimos años, la falta de fortuna le impidió volver a coronar en París. Aun así, en 2016 regaló su último gran servicio al ciclismo de élite, al dejar en bandeja el triunfo a su compañero Nairo Quintana tras otra heroica escapada. Para el libro de historia del ciclismo deja dos Tours de Francia, dos Giros de Italia y tres Vueltas a España. Casi nada.