Los alrededores de Oliva Nova ofrecen itinerarios que conjugan antiguos trazados urbanos y parajes naturales de gran interés.
Situado en un enclave privilegiado entre el Mediterráneo y las montañas, Oliva Nova es el punto de partida ideal para explorar una de las regiones más ricas y variadas de la Comunidad Valenciana. Más allá de la playa, sus alrededores ofrecen un mosaico de rutas de montaña, parques naturales, pueblos históricos y experiencias auténticas, donde cada excursión es una invitación a descubrir paisajes sorprendentes y rincones llenos de historia.
Uno de los grandes tesoros de la zona es el Parque Natural del Marjal de Pego-Oliva, un humedal protegido que se extiende entre las provincias de Valencia y Alicante. Sus caminos permiten recorrer a pie o en bicicleta una de las zonas húmedas más importantes del Mediterráneo, hogar de aves acuáticas y flora autóctona. Es un lugar ideal para la observación de aves, la fotografía de naturaleza y el baño en la cercana Font Salada, un manantial de aguas termales al aire libre.
Para los amantes del senderismo, el Parque Natural del Montgó, entre Dénia y Jávea, ofrece rutas de diferentes niveles de dificultad y miradores naturales con vistas espectaculares a la Costa Blanca. Recorrer sus senderos es adentrarse en un paisaje de contrastes, desde bosques mediterráneos hasta acantilados que caen sobre el mar.
Otra propuesta imprescindible es la ruta del Racó del Duc, que discurre por el antiguo trazado del tren entre Villalonga y Lorcha. Este itinerario, también conocido como la Vía Verde del Serpis, sigue el curso del río entre túneles y desfiladeros, y es perfecto para hacer en familia, a pie o en bicicleta.
En el propio término de Oliva, la sierra de Mustalla y el Pla del Frares ofrecen rutas de montaña menos transitadas, ideales para quienes buscan más tranquilidad y vistas panorámicas de la comarca.

Pueblos con historia y encanto
La riqueza de los alrededores de Oliva Nova se refleja en la variedad de pueblos que salpican la comarca. Oliva, a escasos minutos, conserva un casco antiguo de origen árabe, con calles estrechas, casas blancas y monumentos como la iglesia de Santa María la Mayor y el castillo de Santa Ana. Pasear por el Raval o subir hasta el castillo es sumergirse en siglos de historia y disfrutar de miradores sobre la huerta y el mar.
A menos de media hora en coche, Dénia es una ciudad vibrante con un castillo que domina la bahía, un puerto animado y un centro histórico repleto de vida. Desde aquí, se accede fácilmente a las calas del Cabo de San Antonio y al inicio de la ruta al Montgó.
Jávea, famosa por sus calas de aguas turquesas como la del Portitxol, combina el encanto de su casco antiguo con la belleza de su litoral. Sus playas y miradores son ideales para quienes buscan paisajes de postal y rincones tranquilos.
Moraira, a poco más de 30 kilómetros, es otro de los secretos mejor guardados de la Costa Blanca. Su núcleo urbano, de casas blancas y ambiente marinero, se complementa con playas de aguas cristalinas y senderos litorales que invitan a descubrir el Mediterráneo más auténtico.
En el interior, Bocairente es uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad Valenciana. Situado en la vertiente noroeste de la Sierra Mariola, su entramado medieval, las cuevas excavadas en la roca y la plaza de toros más antigua de España lo convierten en una excursión imprescindible para los amantes de la historia y la arquitectura tradicional.
Guadalest, declarado conjunto histórico-artístico, es un pueblo de montaña que parece suspendido en el tiempo. Sus calles empedradas, sus museos y el castillo que corona el peñón ofrecen una de las estampas más reconocibles y visitadas de la provincia de Alicante.

Experiencias y actividades en la comarca
Más allá de las rutas y los pueblos, la zona ofrece actividades para todos los gustos. En Pego, la tradición agrícola se vive en los mercados y fiestas populares, mientras que en Gandía, la cuna de los Borja, el Palacio Ducal y el animado paseo marítimo son paradas obligadas para quienes buscan cultura y ocio junto al mar.
Los aficionados al cicloturismo encontrarán en la comarca de la Safor una red de vías verdes y carreteras secundarias perfectas para recorrer en bicicleta, atravesando campos de naranjos y pequeños pueblos donde el tiempo parece haberse detenido.
La mejor forma de explorar los alrededores de Oliva Nova es en coche, lo que permite llegar cómodamente a los principales puntos de interés y disfrutar de la libertad de detenerse en miradores, playas o pueblos a lo largo del camino.
En definitiva, Oliva Nova es la puerta de entrada a una comarca llena de contrastes, donde cada día puede convertirse en una nueva aventura: desde la serenidad de los humedales y las montañas hasta la vitalidad de los pueblos costeros y el encanto de los rincones históricos del interior. Una invitación a descubrir, a tu ritmo, la esencia más auténtica del Mediterráneo.

Para los amantes del senderismo, el Parque Natural del Montgó, entre Dénia y Jávea, ofrece rutas de diferentes niveles de dificultad.
Los aficionados al cicloturismo encontrarán en la comarca de la Safor una red de vías verdes y carreteras secundarias perfectas para recorrer en bicicleta.