Arqueólogo e historiador
«El revivir de la historia y la arqueología de Dénia hizo que Siegfried Borho a menudo se interesara y me invitara, hasta en cuatro ocasiones, a dar conferencias sobre estos temas».
Anna Recatalà
Arqueólogo, comisario de varias exposiciones temáticas, director del Museo Arqueológico de Dénia entre 1987 y 2022, y amante del mundo del arte. Josep Antoni Gisbert Santonja (Oliva, 1959) es el responsable de que a día de hoy se conozcan a fondo los orígenes de la ciudad donde nació el Grupo CHG, un territorio que, en tiempos de Dianium, fue rico en olivos y viñas al lado del mar, con una economía que giraba en torno a la producción y distribución de vino y aceite, materias primas que llegaron incluso al Foro Imperial de Roma hace dos mil años. Las ánforas halladas así lo atestiguan.
«Cuando estás cuarenta años haciendo trabajo de investigación te das cuenta de que ha valido la pena el esfuerzo. La arqueología ha dado una serie de datos históricos relevantes, que no habían sido capaces de descubrirse con los documentos u otras fuentes», confiesa el arqueólogo. De hecho, el trabajo y profesionalidad de este experto captó la atención de Siegfried Borho, fundador del Grupo empresarial CHG, cuando Gisbert recién se había instalado en Dénia en el año 1982 para liderar las primeras investigaciones arqueológicas de la localidad.
«El revivir de la historia y la arqueología de Dénia hizo que Siegfried Borho a menudo se interesara y me invitara, hasta en cuatro ocasiones, a dar conferencias sobre estos temas a través del Rotary Club en la década de los 80. Pese a que estos años y, en particular, desde 1987, se había puesto en práctica un plan de arqueología urbana estricto que rechazaba cualquier afección al subsuelo que no pasara previamente por una intervención arqueológica, con Siegfried Borho mantuvimos buenas sinergias. Gracias a esta praxis, hoy en día conocemos a fondo la Dénia romana y andalusí».
El propio Josep Antoni Gisbert confiesa que él fue un poco como «el terror de los constructores» porque paralizó por completo mu- chas obras para poder obtener los magníficos registros que han hecho que Dénia, a día de hoy, como ninguna otra ciudad en Al Andalus, tenga la oportunidad de presentar una secuencia productiva de cerámicas de lujo y comunes de principios del siglo XI y hasta quince centros alfareros repartidos por las comarcas de la Marina Alta y La Safor.
UN PASEO POR EL PASADO DE OLIVA DE LA MANO DE JOSEP ANTONI GISBERT
El pasado de Oliva es rico en arqueología y en historia, incluyendo algunas etapas de esplendor. Empieza con los neandertales y termina con el genio del poeta Francisco Brines, quien ha transmitido el latir de la oliva y la naranja en sus últimos momen- tos de riqueza agrícola.
40.000 A.C.
La arqueología de Oliva empieza en el 40.000 antes de Cristo en la Cova Foradà, un yacimiento
situado en el Racó de Gisbert, junto a la marjal, que presenta vestigios humanos y materiales de los primeros neandertales.
EDAD MEDIA
De la Edad Media destacamos el florecimiento económico del Condado de Oliva y el rico
patrimonio monumental que, por desgracia, se perdió durante el siglo XX. Entre otros, destaca el Palau de los Centelles, un referente mundial por su arte renacentista y decoración de las primeras décadas del siglo XVI. Serafí de Centelles, tercer conde de Oliva y una persona esencial tanto en la política valenciana como en la nobleza de la época de Carlos V, fue el encargado de introducir aquel estilo desde Italia.
1699 – 1781
Otro referente del pasado de Oliva fue Gregorio Mayans y Siscar, uno de los mayores representantes
de la Ilustración española y europea. Durante su vida activa, fue bibliotecario del rey Felipe V y catedrático de la Universidad de Valencia. En la última etapa de su vida, se recluyó en Oliva, su ciudad natal, desde donde envió cientos de cartas a ilustrados de toda Europa reflexionando sobre temáticas amplísimas, tal y como muestra su epistolario.
1812
Gabriel Ciscar y Ciscar es otro de los máximos ilustrados desde la perspectiva marítima y política. Destaca también por ser uno de los ponentes en la redacción de la Constitución de Cádiz de 1812, y por escribir una serie de manuales que sirvieron durante casi una centuria en la formación de marineros.
AÑOS 20
En los años 20 del siglo pasado, se descubre la Necrópolis del Castellar, con una magnífica
colección de objetos ibéricos. Actualmente se exponen en el Museo Arqueológico de Barcelona y en el Museo de los Padres Franciscanos de Ontinyent.
AÑOS 30
Una década después, gracias a las excavaciones que se llevaron a cabo con motivo de la
construcción de la carretera de Oliva a Pego, la ciudad de Oliva despunta gracias a su cerámica, una de las más preciadas del mundo ibérico. Su importancia la lleva a protagonizar un vaso de los guerreros de Oliva en la portada de la Guía del Museo Arqueológico de Barcelona.
1975 – 1976
Durante estos años, una serie de intervenciones de recuperación en la localidad olivense propician
el hallazgo de una serie de ánforas romanas que dan lugar a conocer, por primera vez, un centro alfarero de época romana, en torno al siglo I. Este hecho da una visión más amplia de la economía de la zona y se complementa con otras investigaciones alrededor de las alfarerías de la comarca de la Marina Alta y la Safor que demuestran que el vino y el aceite fueron las características esenciales de la ciudad.
SIGLO XX
En el siglo XX destaca el poeta Francisco Brines, reconocido con distinciones como el Premio
Nacional de las Letras Españolas (1999), el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2010) o el Miguel de Cervantes (2020). Su poesía está absolutamente arraigada en el paisaje, en el olivo y la naranja, y transmite el aroma, el olor y hasta el aliento a cítrico, tan característico de la zona.
ALGUNAS DE LAS EXPOSICIONES COMISARIADAS POR JOSEP ANTONI GISBERT
La Cerámica de Daniya. 1992 El gust d’Ausiàs March. 1997
El port de Dénia cent anys, dos mil·lenis. 1997
Cerámica Califal de Dénia. 2000
Sucre & Borja. La canyamel dels ducs. 2000 El rei a Dénia, 2004
Crónica de l’Expulsió dels Moriscos. 1609, 2009